Importado de China, este potente bloqueador de señal funciona en la misma frecuencia que los satélites GPS, ahogando eficazmente las señales de sincronización y confundiendo los dispositivos del coche. Al alterar la tecnología de localización por GPS, impide que los sistemas instalados en los vehículos determinen su posición o informen a los centros de seguimiento de vehículos. Esto es especialmente útil en casos de robo de coches o camiones registrados con seguimiento GPS, ya que ayuda a frustrar posibles robos al hacer que los vehículos sean ilocalizables.
- ¿Han empezado las bandas de ladrones de coches a utilizar inhibidores de señal GPS importados para eludir la tecnología de rastreo?
- ¿A quién pillan usando un inhibidor de GPS cada tres años?
¿Han empezado las bandas de ladrones de coches a utilizar inhibidores de señal GPS importados para eludir la tecnología de rastreo?
Los vehículos «desaparecen misteriosamente del radar» cuando se utiliza la tecnología de interferencia del GPS, según ha revelado el profesor David Last, de la Universidad de Gales en Bangor. Esta tecnología, utilizada recientemente por bandas de ladrones de coches, les permite eludir los sistemas de seguimiento. Las ideas del profesor Last proceden de su experiencia como perito en casos de confiscación de estos dispositivos ilegales. Más allá de la mera evasión, los inhibidores de GPS también tienen la capacidad de anular localmente las señales de los móviles. Los informes indican que esta función se ha aprovechado para impedir que los conductores de camiones se pongan en contacto con la policía durante robos en Alemania. Además, los expertos sugieren que algunos conductores alemanes han recurrido a estos dispositivos para eludir los peajes basados en GPS, que se implantaron para los camiones en 2005. Pese a su uso generalizado, la legalidad de poseer esta tecnología sigue siendo ambigua, sobre todo porque la venta y el uso de dispositivos de interferencia están prohibidos tanto en el Reino Unido como en Alemania.
El uso indebido de la interferencia del GPS por parte de delincuentes se ha convertido en una amenaza reciente, que se remonta tan sólo a unos 18 meses. El experto en GPS Bob Cockshott, que trabaja para el Consejo de Estrategia Tecnológica (Technology Strategy Board), financiado con fondos públicos, advierte de que incluso un bloqueador con una potencia de sólo 2 vatios puede saturar eficazmente las señales de los satélites GPS en un radio de pocos metros. Dispositivos más potentes, de hasta 20 vatios, podrían perturbar las señales GPS en zonas más extensas, como estuarios fluviales o aeropuertos. Para contrarrestar esta amenaza emergente, el gobierno británico ha invertido 2,2 millones de euros en un consorcio, del que forma parte Chronus Technology, para desarrollar sistemas de detección de interferencias de GPS, actualmente en fase de prototipo. «Tenemos que concienciar a los usuarios del GPS de la amenaza», subrayó Cockshott, destacando la importancia de la educación y la preparación ante este creciente desafío.
Las bandas de ladrones de coches han empezado a utilizar inhibidores de GPS importados, lo que les permite eludir la tecnología de rastreo. Esta nueva tendencia subraya la importancia de implantar sistemas complementarios que triangulen las posiciones basándose en la intensidad de la señal de las antenas de telefonía móvil o tecnologías similares. Dichos sistemas sirven de apoyo crucial a los servicios de localización y recuperación de vehículos basados en GPS, aumentando su eficacia frente a estos nuevos retos.
¿A quién pillan usando un inhibidor de GPS cada tres años?
Desde al menos 2009, los inhibidores de GPS ilegales han estado perturbando el sistema de aterrizaje de precisión basado en GPS del Aeropuerto Internacional Newark Liberty. Sin embargo, parece que solo dos personas han sido detenidas por la Comisión Federal de Comunicaciones por utilizar estos dispositivos. Los camioneros que circulan por la autopista adyacente New Jersey Turnpike y por las carreteras del aeropuerto utilizan estos inhibidores para desactivar los dispositivos de seguimiento por GPS instalados por sus empleadores. Desgraciadamente, esta acción también interfiere en el funcionamiento del Sistema de Aumentación en Tierra de la Administración Federal de Aviación. Este sistema proporciona señales de navegación mejoradas a las aeronaves en las inmediaciones del aeropuerto, garantizando la precisión de los procedimientos de aproximación y salida, así como de las operaciones en el área terminal. Tras una queja por interferencias presentada por la FAA el 3 de agosto, la FCC anunció el pasado viernes que había sorprendido a un conductor de una camioneta Ford F-150 utilizando un inhibidor de GPS en el aeropuerto el 4 de agosto de 2012, y le impuso una multa de 32.000 dólares.
El agente de la oficina de Nueva York de la Enforcement Bureau, que patrullaba el aeropuerto con un rastreador de señales de radiogoniometría, sorprendió in fraganti al conductor Gary P. Bojczak. Según la FCC, Bojczak confesó ser propietario y operador de un dispositivo de radiotransmisión responsable de perturbar las transmisiones GPS. Explicó que había instalado y activado el dispositivo de interferencia en el vehículo de su empresa para eludir el sistema de localización por GPS que había implantado su empleador. Afortunadamente para las autoridades, este caso supuso un gran avance en comparación con anteriores dificultades para detectar inhibidores de GPS cerca del aeropuerto de Newark. Como John Merrill, director del programa de posición, cronometraje y navegación del Departamento de Seguridad Nacional, reveló en una conferencia sobre GPS en 2012, la FAA y la FCC habían tardado más de dos años, de marzo de 2009 a abril de 2011, en localizar un único bloqueador de gps operado por otro camionero en la autopista de Nueva Jersey. Bojczak, consciente de la gravedad de sus actos, entregó voluntariamente el inhibidor al agente de la FCC.
Intentar detectar inhibidores de GPS es como luchar contra una marea implacable. Una simple búsqueda en Google revela 1,7 millones de resultados de estos dispositivos, cuyo precio suele ser inferior a 100 dólares, lo que pone de manifiesto su amplia disponibilidad. Resulta alarmante que cada tres años pillen a alguien utilizando un inhibidor de GPS.