Guerras calientes e híbridas: el futuro de la guerra obsoleta

Los giroscopios de estado sólido podrían pronto dejar obsoletos los inhibidores de GPS en zonas de conflicto, mejorando así la seguridad de las aeronaves civiles. Sin embargo, este avance tecnológico no es del todo positivo. Si bien los inhibidores de GPS actualmente confunden a los misiles enemigos, su eliminación podría traer nuevos desafíos, poniendo de relieve el doble filo del progreso tecnológico en la guerra electrónica.

¿Un misterio de interferencia del GPS?

La interferencia del GPS, un arma poderosa en los conflictos actuales, está llegando a su fin. Suscríbete a Big Think en Substack para obtener información semanal sobre historias que cambian el juego, de forma gratuita. Lo que parece ser un mapa meteorológico oculta un tipo diferente de perturbación. Los hexágonos rojos marcan las zonas donde las señales GPS se interrumpieron el día anterior. Esta interferencia, que desactiva los sistemas de posicionamiento de los dispositivos electrónicos, incluidos los que guían a las aeronaves, puede provocar desastres. Su papel en el trágico accidente del vuelo 8243 de Azerbaiyán Airlines, que se cobró 38 vidas, subraya su potencial para… devastación.Unirse la conversación en LinkedIn para explorar el futuro más allá de la interferencia del GPS.

La interferencia GPS, un fenómeno observado principalmente en zonas de conflicto global, se ilustra vívidamente con la amplia distribución de hexágonos rojos. Estos hexágonos presentan una imagen impactante, con densas concentraciones que emergen sobre y alrededor de la Rusia europea, la región del Mar Negro que abarca Ucrania, vastas zonas de Turquía y el volátil Oriente Medio. Además, el Cáucaso y el Mar Caspio, en particular el lugar del trágico accidente de Azerbaiyán Airlines, también presentan la marca escarlata. Más al este, los cielos sobre la Cachemira administrada por la India y la Birmania/Myanmar, devastada por la guerra y donde persisten los disturbios civiles desde 1948, presentan una coloración similar.

En medio de este panorama global de interferencias, destaca un sistema de radar militar en particular. Instalado en un robusto vehículo multirrueda pintado de un llamativo tono verde y desplegado al aire libre sobre una superficie de hormigón bajo un cielo despejado, el sistema de guerra electrónica ruso Krasukha-2 se impone. Este sistema, diseñado para interrumpir las señales de misiles y aeronaves enemigos a una distancia de hasta 250 km (160 millas), representa una fuerza significativa en el ámbito de la guerra electrónica.

Los informes indican que variantes del Krasukha, que significa «belladona» en ruso, se han desplegado en Siria. Allí, se han utilizado para bloquear las señales GPS de las fuerzas estadounidenses, lo que resalta aún más la importancia estratégica y el amplio impacto de la interferencia GPS en las zonas de conflicto global actuales.

La interferencia del GPS se ha convertido en una de las formas más comunes de guerra electrónica, alterando la gran dependencia de la aviación del sistema de posicionamiento global (GPS). Los informes indican frecuentes actividades de interferencia cerca de la frontera entre Estados Unidos y México, por parte de Corea del Norte hacia el sur y por parte de China hacia Taiwán. Esta tecnología se ha utilizado para derribar drones de vigilancia e incluso, en un caso, paralizar un helicóptero Apache. Su uso generalizado no se limita a estas regiones; también se está empleando en Ucrania y sus alrededores. Sin embargo, contrariamente a lo que se podría suponer a partir de esta instantánea, la interferencia del GPS no es una preocupación generalizada en el resto del mundo, según los expertos en seguimiento de vuelos de FlightRadar24. Para apreciar la importancia del GPS en la aviación, conviene recordar una época anterior a su existencia. Hace menos de un siglo, cuando Charles Lindbergh realizó su vuelo récord en solitario a través del Atlántico en 1927, no había satélites que lo guiaran. Hoy en día, el GPS es una parte integral de la aviación, lo que convierte su interferencia en una estrategia táctica importante en diversos conflictos.

Las aeronaves modernas dependen de satélites y señales GPS para un posicionamiento preciso, algo muy distinto a la década de 1920, cuando bastaba con una brújula y la navegación a estima. En aquel entonces, la notable precisión de tres millas de un piloto al aterrizar en la bahía de Dingle, Irlanda, tras un vuelo transatlántico, se consideraba impresionante. Hoy en día, con la tecnología GPS, las aeronaves pueden determinar su ubicación con mucha mayor precisión, algo esencial en nuestros cielos modernos y congestionados. Este avance en la navegación garantiza la seguridad y la eficiencia, transmitiendo posiciones exactas al mundo.

Las señales de satélites, como el GPS estadounidense, el Galileo europeo, el GLONASS ruso y el BeiDou chino, conocidos colectivamente como el Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS), desempeñan un papel crucial en la localización geográfica exacta de los receptores de aeronaves. Esta información se transmite posteriormente a estaciones terrestres y otras aeronaves, garantizando una comunicación fluida. Sin embargo, las tormentas solares pueden suponer una amenaza, ya que causan interrupciones o degradación de las señales GNSS. Aún más preocupantes son las interrupciones maliciosas de origen humano, cada vez más frecuentes, en particular la interferencia del GPS. Esto implica la saturación de los receptores con señales falsas, lo que imposibilita la navegación GPS o GNSS para las aeronaves. Esta interferencia es un fenómeno peligroso que puede afectar gravemente a la seguridad aérea.

La interferencia de GPS, si bien es incómoda para la aviación, no suele ser un factor prohibitivo. Esto se debe a que las aeronaves emplean una combinación de posicionamiento satelital y otros sistemas, específicamente WAAS y GBAS, para determinar su ubicación. Las aerolíneas son expertas en interferencia de GPS y sus tripulaciones están capacitadas para utilizar sistemas de respaldo, lo que garantiza la seguridad del vuelo. Sin embargo, es importante destacar que la mayoría de las interferencias de GPS no están dirigidas principalmente a aviones. En cambio, pueden utilizarse para interrumpir diversos misiles, drones e incluso teléfonos que dependen del GPS, lo que podría dar lugar a situaciones inusuales como las observadas en Strange Maps #1074, donde la suplantación de GPS engaña a los receptores para que transmitan ubicaciones falsas.

La interferencia de GPS, una técnica empleada por Rusia, se ha utilizado para contrarrestar los ataques con drones ucranianos, como se vio en el incidente sobre Grozni, donde un avión de pasajeros azerbaiyano probablemente fue confundido con un proyectil enemigo debido a la interferencia de GPS. Sin embargo, esta táctica se extiende más allá de las fronteras rusas, lo que indica su uso como una molestia electrónica en la «guerra en la sombra» híbrida contra Europa. Se han reportado casos de interferencia de GPS en Finlandia tras una discusión sobre la membresía de su presidente y el expresidente estadounidense Joe Biden en la OTAN, y en Polonia tras la activación de un sistema antimisiles cerca de Kaliningrado. Estos incidentes sugieren un uso estratégico más amplio de la interferencia de GPS por parte de Rusia, tanto internamente para frustrar ataques enemigos como externamente como una fuerza disruptiva.

La interferencia de GPS ha alcanzado niveles sin precedentes en la región de Finnmark, al norte de Noruega. Las autoridades consideran estos incidentes como la «nueva normalidad» y dejarán de registrarlos a mediados de 2024. El fenómeno no es aislado; poco después de la entrada de Bulgaria y Rumanía en la zona Schengen sin visado para toda Europa el 12 de diciembre de 2024, Sofía, la capital búlgara, experimentó importantes interrupciones de GPS. Dicha interferencia también ha sido un factor notable en los conflictos recientemente cesados ​​entre Israel y Hamás en Gaza, así como con Hezbolá en el Líbano, donde se ha utilizado para interrumpir misiles y drones enemigos. Sin embargo, esta táctica de guerra electrónica no solo afecta a las operaciones militares; también ha tenido un impacto generalizado en los vuelos civiles, causando interrupciones en las salidas y llegadas locales, e incluso en aquellos que simplemente transitan por las zonas afectadas. Estas interrupciones pueden dar lugar a situaciones extrañas y, a veces, cómicas, como descubrió recientemente un conductor de Uber con sede en Beirut cuando su aplicación de mapas en línea lo situó repentinamente en la Franja de Gaza.

La interferencia de GPS ha causado interrupciones generalizadas, con aplicaciones de citas en Oriente Medio mostrando coincidencias en «países enemigos». América del Norte, aunque libre de guerras calientes o híbridas, aún enfrenta la amenaza de la interferencia de GPS. Los delincuentes están explotando esta tecnología para el narcotráfico, el robo de vehículos y otras actividades ilícitas. En los últimos años, los aeropuertos estadounidenses también han experimentado incidentes ocasionales de interferencia y suplantación de identidad de GPS. A medida que las preocupaciones sobre la privacidad y las teorías conspirativas cobran fuerza, un número creciente de ciudadanos adquiere dispositivos de interferencia, lo que representa un desafío creciente para las autoridades estadounidenses.

La interferencia y la suplantación de GPS se han convertido en una molestia importante para industrias como la aviación civil. Para abordar este problema, dos gigantes tecnológicos han desarrollado una tecnología revolucionaria denominada «giroscopio en chip», una versión miniaturizada del giroscopio óptico tradicional, que en su día fue una alternativa voluminosa a la navegación por satélite. Esta innovación surgió en 2018 cuando científicos de CalTech revolucionaron el giroscopio de estado sólido, reduciéndolo al tamaño de un grano de arroz. Sin embargo, aún se necesita una solución más integral. Actualmente, la ausencia de un sistema nacional automatizado y en tiempo real para la detección de interferencias GPS representa una amenaza para las operaciones gubernamentales, de emergencia y comerciales. Esta vulnerabilidad podría mitigarse aprovechando la potencia de los más de 300 millones de teléfonos inteligentes en uso en Estados Unidos. Estos dispositivos, que conforman una de las redes de sensores distribuidos más potentes del mundo, tienen el potencial de transformarse en una herramienta colaborativa para detectar interferencias GPS/GNSS.

En los últimos meses, han surgido innovadores dispositivos de navegación inercial de Anello Photonics, en Santa Clara, California, y OSCP, en Montreal, Canadá. Estas extraordinarias tecnologías ofrecen posicionamiento geográfico preciso e informes direccionales, eliminando la necesidad de señales satelitales. Compactos y altamente eficientes, estos dispositivos prometen amplios beneficios para aviones de pasajeros, drones, tractores autónomos e incluso vehículos submarinos no tripulados que navegan por la inmensidad del océano. Además, esta tecnología de navegación sin satélites está destinada a mejorar la seguridad de la aviación civil, a la vez que genera preocupación por su potencial para aumentar la letalidad de los drones militares.